jueves, 27 de enero de 2011

Inmersa en un mundo ajeno que poco a poco se convierte en propio.


Matemáticas, números, funciones y derivadas,
metas sumamente complicadas.
Controles sin saber que hacer,
ejercicios sin saber como responder,
ecuaciones no lineales, graficos de parabolas
incontinuas, imposibles de descubrir.

Realmente este es un mundo ajeno para mi,
una humanista de letras, lecturas y escritura,
inmersa en números que
como una amapola en medio del océano,
se siente alejada de la seguridad de su terreno.

Pero poco a poco este mundo tan extraño y alejado,
se hace propio.
Las letras se convierten números y nuevamente letras familiares.
Los cuentos se hacen parábolas y asintotas, contando una verdadera historia.

¿Quién diría que las letras y los números no son tan diferentes?
Solo son los dos lados de una misma moneda
que aunque opuestos, pertenecientes a un mismo todo.

En las letras hay matemática
y en la matemática hay letras.

Por lo que aunque suene aterrador,
es más divertido de lo que puedas creer,
incluso las parábolas tienen personalidades,
algunas sonrien otras sienten pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario